Primero, Sanchinflas, la insuperable corrupción del narcorrégimen partitocrático del 78 y Begoña como pretexto. Bozalistán, laboratorio europeo de más liberticidio, inquietante clima de caza de brujas. Davos 2024: “bulos”, “desinformación”, "contenido inapropiado", "odio", "antisemitismo"... totalitarias y orwellianas excusas: contradecir y desafiar la inventada/falsaria y genocida narrativa oficial (plandemias, guerras fake, pufo climático...) de los plutócratas (y títeres y mamporreros varios). Sus putos bulos y su puta propaganda de guerra.
Bozalistán
En el Reino de Bozalia todos seremos censurados, todos. También los periodistas covidianos y medios de comunicación (El Confidencial, Voz Populi, Ok Diario, El Debate, Libertad Digital...) que ahora sí ven la patita al lobo. Antes ellos (y vectores varios) nos chapaban a quienes sosteníamos criterios aparte sobre la inexistente pandemia. Que si bebelejías, que si asesinos, que si negacionistas. que si descerebrados a los que debían llegar incluso a quitar la custodia paterna.
Y les recuerdo algo a estos supuestos colegas: los temas nucleares (género, lgtbí, pufo climático, geoingeniería, transhumanismo, tiranía digital, radiaciones electromagnéticas, Gran Reemplazo, mafia sanitaria y alternativas terapéuticas, comida y bebida envenenadas, cibertortura, timovacuna, geopolítica...) son infinitamente más importantes para el destino de la humanidad (y toda su flora y fauna) que el ilimitado choriceo sociata o pepero. O el que toque. Todo lo que importa (de verdad) es implacablemente censurable para esta purria de sátrapas y sus mariachis a tiempo parcial. O completo. Perrorista terrorista, leal y circunspecto lameculos y comepollas de las mentiras oficiales, pues eso: ora te alquilas, ora te vendes.
Ley Influencer
La Ley General de Comunicación Audiovisual de 2022 (13/2022) ya afecta a los influencers tras el decretazo de hace una semana que perfila el liberticida artículo 94 de la citada ley. Los arbitrarios requisitos que se han establecido son de 1 millón de seguidores y 500.000 euros de ganancias anuales, pero se irán rebajando paulatinamente cada vez mas. Más liberticidio, las mismas excusas en el ínterin.
La exigencia a adscribirse a un código de conducta ideológico y avasallador, y las sanciones a quienes lo incumplan por parte de la dictatorial administración publica. Los motivos por los que se puede multar a un influencer son tan amplios, subjetivos y discrecionales que, estirando un poco el chicle, se podría multar por casi cualquier cosa. Fuerza, obvio, todo ello, a la autocensura. Dejando el NO-DO en un juego de niños de pañales. El Gobierno controlando internet, postrer reducto, dentro de lo que cabe, de opiniones libres. Mordaza digital, anhelando controlar férreamente lo aparentemente incontrolable. Controlar el caos, pues. Masónico Ordo ab Chao.
En fin.
https://nomecreocasinada.over-blog.com/2023/09/la-libertad-de-expresion-a-punto-de-morir.html