Durante el tardofelipismo, pues, cinco millones de pesetas, 30.000 euros al mes, para recónditos gastos de la putrefacta monarquía española. Según las anotaciones del general Emilio Alonso Manglano, jefe de los espías españoles entre 1981 y 1995, y más conocido como Topo Gigio, Zarzuela se quejó de esta práctica introducida por Belloch y la hoy ministra de Defensa cuando asumieron el Ministerio del Interior en 1994.
Manglano
Recordemos que en 1994, Margarita Robles arribó a la secretaria de Estado de Interior en el Ministerio de Justicia e Interior. Permaneció en el cargo dos años. Durante ese tiempo, la hoy ministra de la guerra en el gobierno de Perro Sandez entregaba todos los meses cinco millones de pesetas (30.000 euros) de los fondos reservados a la Casa del Rey, «en metálico, para no dejar rastro». Así se lo desveló el exministro Antoni Asunción en diciembre de 1994 a Emilio Alonso Manglano, jefe de los servicios secretos entre 1981 y 1995.
El general Emilio Alonso Manglano (general de división desde 1985 y teniente general desde 1987) tenía la costumbre de anotar la voluminosa y crucial información que iba acumulando en diferentes encuentros y viajes. De esa manera, durante los catorce años al frente del deletéreo Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), creó un inmenso archivo personal con cientos de documentos, donde dejó registradas sus reuniones y conversaciones más relevantes.
Antoni Asunción
En la reunión que se produjo el 22 de diciembre de 1994, Asunción, que dejó el cargo por la huida del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán, le informó a Manglano que Interior emitía talones del Banco de España por un total de 60 millones de pesetas ( 360.607 euros) anuales a favor de la Casa del Rey y con cargo a los fondos reservados, pero en la nueva etapa, con el ministro bicéfalo Juan Alberto Belloch y Margarita Robles al frente, habían decidido cambiar el sistema de suministro de dinero y hacerlo en metálico para «no dejar rastro». Zarzuela se quejó de esta práctica y aseguró que prefería talones del Banco de España.
En fin.